Colombia ha sido el escenario de todo tipo de manifestaciones violentas durante más de medio siglo, las consecuencias aún están presentes en nuestra cultura, y para poder hablar de ello, es decir, adentrarnos en la historia de nuestro país, es necesario traer a colación quiénes han sido los actores políticos y claro, los actores armados involucrados.

 

Por un lado están las guerrillas, sus raíces fueron campesinos alzados en armas cansados del abandono esta estatal y por otro lado los grupos paramilitares, vándalos que se dedicaban al narcotráfico y a construir fuentes de poder y autoridad.

 

Ahora bien, es necesario aclarar, que en Colombia la violencia no se vivió de igual manera en todos los municipios, algunos fueron más golpeados que otros, incluso, a la fecha, en algunos territorios, aún no se conoce cómo se vivió este capítulo.

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Tras años de que el Gobierno se resguardara bajo la teoría de que simplemente eran amenazas terroristas y no conflicto armado, lo que había en Colombia. El Estado entra en una nueva mirada ideológica y un reto; pues lograr desafiar a la desconfianza y los temores arraigados en la sociedad frente al tema, en los lugares del territorio donde jamás ha hecho presencia, no será tarea fácil.

 

Es a partir de la anterior premisa que se formula el proyecto de investigación “Diseño de un programa que promueva la cultura de paz y reconciliación en adolescentes y jóvenes escolarizados del sector rural”, y su estrategia de divulgación “Memoria Viva”, los cuales a partir de un proceso participativo, buscan rescatar la memoria de las personas que vivieron el conflicto armado en la provincia de Soto Norte, sus ideas y también las diversas alternativas que han puesto en marcha para promover una cultura de paz.

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